Corazón de libélula

      Por fin hace sol en Vitoria, se agradece esta luz tan cálida. Esta mañana me he ido con mi bici hasta Abetxuko para hacer un recado. Mientras iba por el sendero que transcurre al lado del río Zadorra, y antes de llegar al puente  para entrar a Abetxuko, me he dado cuenta que durante unos instantes vuela a mi lado una libélula. No sé pero al verla me he acordado de una vieja historia lugareña que hablaba sobre ella.

  

     Dicen que en un lugar desconocido del Zadorra vivía un grupo de larvas que no comprendían por que cuando alguna de ellas ascendía por los largos tallos de lirio hasta la superficie del agua, nunca más volvía a descender donde ellas estaban. Se prometieron una a otra que la próxima de ellas que subiera hasta la superficie, volvería para decirles lo que le había ocurrido. Poco después, una de ellas sintió un deseo irresistible de ascender hasta la superficie. 

       Comenzó a caminar hacia arriba por uno de los finos tallos verticales, y cuando estuvo fuera se puso a descansar sobre una hoja de lirio. Entonces experimento una transformación magnífica que la convirtió en una hermosa libélula. Trató de cumplir su promesa, pero fue en vano. Volando de un extremo al otro del Zadorra podía ver a sus amigas sobre el fondo. Entonces comprendió que incluso si ellas a su vez hubieran podido verla, nunca habrían reconocido en esta criatura radiante a una de sus compañeras.