24 jun 2011

Noche de San Juan


     Son las 12 de la noche y huele a leña quemada en el parque del barrio Lakua –Arriaga. Camino hacia una gran fogata , hoy es la noche de San Juan , y me alegro ver como los más peques se siguen quedando anonadados por la belleza temerosa que produce el fuego. 

       La gente se acerca a la fogata y lanzan papeles escritos para que el fuego acabe con lo negativo, con los malos momentos, con las pesadillas... .

      Mientras disfruto de la hoguera, inesperadamente se levanta un fuerte viento que nos asusta a todos los que estábamos allí . Observo que muchos "papelitos" han salido de la hoguera sin quemarse, y me doy cuenta como aterriza uno delante de mi. Lo cojo y me acerco al fuego con la intención de quemarlo pero…¡¡¡ es una receta médica!!! .¿Quién ha escrito detrás de ella?.
 Miro a mi alrededor pero nadie me mira reclamando que le devuelva su "papel".  Tengo curiosidad y decido leerlo antes de lanzarla al fuego. 

“    No sé muy bien porque estoy sentado en este banco pero llevo en él más de dos horas sin dejar de mirar como la leña se quema lentamente en la hoguera . No hace frío aunque el viento es norteño pero…hoy no quiero taparme. Hace días que no he vuelto a sonreír y siento que me cuesta respirar. 

     Las noches  vuelven a ser  eternas y los días, lentos y pesados. No sé como has podido entrar de nuevo en mi  vida ni quién te ha invitado pero…aquí estas. Hoy quiero que te marches y por favor, no vuelvas. Haces que no tengas ganas de vivir  y vea la vida con tristeza  cuando estas  en mi cabeza. 

   Hoy quiero quemarte en el fuego de esta hoguera, de esta noche mágica de San Juan, y que no vuelvas a venir. Quiero seguir viviendo, y no tenerte miedo cuando aparezcas. Espero y deseo que el viento se lleve las cenizas a otra parte, lejos de mi. Hoy quiero volver a casa solo, sin ti ...por lo menos esta noche.  Oscar“

Me acerco a la fogata y allí la dejo para que se queme , cumpliendo los deseos de esa persona que decía llamarse Oscar...y que confía en el fuego de San Juan.




22 jun 2011

¡¡Pásame la pelota!!

Mientras estaba en la parada de taxis, se me acerca una persona mayor acompañado por un niño. Se colocan a mi lado .Noto que el hombre mayor está nervioso,  ya que no deja de juguetear entre sus manos con un balón de fútbol desgastado . Me sonríe y esperamos a que aparezcan los taxis. 

El chaval observa el balón , y está atento a las palabras del hombre que dice algo de unas vallas. Observo como se emociona cuando le dice que su mejor lanzamiento fue ese día cuando el balón pasó por encima esas dos grandes vallas metálicas . 

 Por fin llega un taxi, pero antes de subirme, les propongo compartirlo. - ¡¡¡Tenía mucha curiosidad por saber a dónde se dirigían !!!.-  Lo agradecen y subimos juntos al taxi. 

¿Dónde vamos?- pregunta el taxista

Al Hospital de Santiago, por favor- responde el abuelo.

Dejo que sean ellos los primeros en apearse del taxi. El hombre me cuenta que van a visitar a un viejo amigo que está muy enfermo. No sabe que enfermedad padece, pero algo le dice que posiblemente pueda ser la última vez que se vean. Quiere y necesita despedirse de su amigo. 

Llegamos al destino, y antes de bajarse del taxi, me dice:

"Este balón permitió que dos personas fueran amigos , aunque para algunos teníamos que ser enemigos. No hablábamos el mismo idioma ,pero con este balón , fue suficiente para entendernos,  y poder empezar una amistad  que dura hasta hoy. "





15 jun 2011

Caballito de madera




    Son las 11 de la noche y he vuelto a oír desde mi habitación esa música. Desde que la abuela se murió, todas las noches mi abuelo trata de sentirla mientras está tocando esa  melodía en un viejo piano. Sabes abuelo, a mi también me gusta ya que me trae recuerdos de ese caballo de juguete que me regalaste cuando era pequeño y jugueteaba alrededor del piano,  mientras tu estabas tocando y la abuela te escuchaba .

      Aún recuerdo que me decías que esa melodía también te recordaba a Antonio, ese amigo que  murió entre tus brazos durante la  guerra civil que padeció este país hace muchos años. Sabes abuelo, aún recuerdo el primer día que tocamos juntos, pensé que igual te enfadarías pero me dejaste hacerlo, sonreíste y compartimos algo que siempre nos unirá. No lo sabes pero cuando tú no puedas tocarla, yo lo haré por ti, por la abuela, por Antonio y por mí. Buenas noches abuelo y hasta mañana que volveré a oírte desde mi habitación...


9 jun 2011

Bastón de la abuela



  ¡¡¡Se me ha escapado el tranvía por un segundo!!! Uf…sólo por un segundo…maldita sea. Mientras estoy esperando al siguiente, se me acerca una joven que me pide permiso para hacerme una pregunta sobre juguetes. 

  ¿Cuál ha sido tu mejor juguete?.-me pregunta la chica sin dejar de mirar sus papeles.

Medito la respuesta y tras pensarla, respondo:- el bastón de mi abuela-.

Extrañada se queda la chica  pero lo apunta en el apartado de “otros”. Vuelve a insistir que sea más concreto en el juguete (marca, color…) pero le vuelvo a decir: el bastón de mi abuela. Me comenta que no tiene más preguntas pero antes de irse, le gustaría saber que tenia de especial ese “juguete”.

   Sinceramente, en mi infancia , ese bastón durante muchos momentos se trasformo en una escopeta, en una espada, en un remo, en un paraguas, en un caballo, en un escudo, en un avión, en una lanza, en …lo que mi imaginación hubiera deseado. La verdad es que mi mejor juguete fue ese bastón de la abuela pero gracias a mi imaginación que consiguió que ese bastón fuera mágico .- le contesto.

La chica sonríe y me recuerda  que la imaginación no se vende en las tiendas. Sonrío. Acaba de llegar el tranvía y me despido de la chica con un "hasta luego" .




La imaginación nos llevará a menudo a mundos que no existieron nunca. Pero sin ella no podemos llegar a ninguna parte. (Carl Sagan)

2 jun 2011

¡¡¡Ven!!!



     Hacia calor en la sala de espera del dentista. Llevaba unos días que la muela me molestaba y por fin, me he decidido pedir cita para solucionarlo. En la sala había una señora, de unos 75 años, que llevaba, dentro de una bolsita,  su dentadura postiza. Me mira y sin decirle nada, me cuenta que le hace daño en la encía. Sonrío.

   El tiempo pasa lentamente y encima, tienen estropeado el aire acondicionado.¡¡¡Qué calor!! Mientras espero, leo el XLSemanal del Correo Español de este pasado domingo,  que alguien había olvidado en el viejo revistero.  Me llama la atención la entrevista que hacen al escritor Albert Espinosa, que ha publicado recientemente una novela que lleva por titulo -“Si tu me dices ven lo dejo todo pero dime ven”-. ¡¡¡Qué titulo más curioso!!.


 A lo largo de la entrevista, Albert responde a varias preguntas tanto sobre su novela como sobre su forma de entender la vida. En una de ellas, le preguntan sobre Dios.
-Albert , ¿Crees en Dios?-le pregunta el entrevistador

Más que en Dios, yo creo que hay gente buena que te marca caminos. Y yo he podido conocer a mucha gente buena. Cuando conozco a alguien bueno y sabio, pienso que he encontrado a un pequeño dios. - responde Albert.


 -¿En qué más cree?-  le  vuelven a  preguntar.

-Yo creo en la ternura. Mercero decía que, si había los diez terroristas más buscados, tendrían que existir los diez ternuristas más buscados. La ternura es casi como un delito. Yo creo mucho en la ternura. Es importante. Una amiga francesa, que habla mal el español, un día pidió cien gramos de «ternura» en vez de «ternera». Y le dijo el carnicero: «Si tuviera ternura, le daría un kilo y medio». Esa ternura me fascina.- le responde Albert. 



-Por favor, que pase el siguiente- dice en  voz alta la enfermera e interrumpe mi lectura.

Miro a la abuela,  que me sonríe sin dientes y me enseña la bolsa con su dentadura, diciéndome que ella espera al “mecánico”. ¡¡Ahhh!!!. Dejo la revista sobre la mesa, y camino en silencio hacia la silla  del dentista con la esperanza de que tratarán de solucionar con ternura mi problema de la muela. 





-Entrevista Albert Espiniosa por Buenafuente-