¡¡¡Qué tengas un buen día!!!- le dice una señora al conductor del autobús urbano mientras se bajaba en la parada.
El autobús se detiene en un semáforo y desde la ventana, puedo ver como un niño está jugando con un barco de papel mientras su madre llevaba en su carrito unas cuantas bolsas. La madre se detiene frente un escaparate y el niño sigue intentando surcar con su barco ese mar rabioso repleto de olas de aire. En un instante cruzamos nuestras miradas y me sonríe sin dejar de navegar . Le devuelvo la sonrisa mientras murmuro: ¡¡chaval, que tengas un buen día!!!.
La madre deja de mirar el escaparate y retoma su camino de manera brusca, tanto que consigue que caigan al suelo una de las bolsas que contenía alimentos y que el chaval recoge sin soltar de la mano su barco.