¡¡Dios mío!!!

   ¡¡Ostias...!!!-dije en voz alta al finalizar la historia que me contó Samuel mientras disfrutábamos de una barbacoa nocturna  en  un pequeño pueblo de Salamanca .

    Según mi amigo Samuel, el miércoles 20 de julio de este año, estaba con su bici  haciendo una ruta preciosa , entre amplios y extensos campos de cebada , para dirigirse al pueblo de Bishopsville  ( Estados Unidos). Samuel me cuenta que por esa zona siempre volaban muchos cuervos y cada cierto tiempo, revoloteaban a su alrededor. 


   Mientras pedaleaba, oyó un grito y se paro para saber de donde venia. Vio a lo lejos a un granjero que se acercaba a un coche que estaba aparcado en la cuneta. Le observó con curiosidad y sintió miedo al verle. Oyó nuevos gritos y se percató que el granjero llevaba algo entre sus manos. En ese momento pensó que alguien estaba en peligro y tras respirar fuerte, se acercó con su bici rápidamente mientras sujetaba un palo  para defenderse. 


  Cuenta que lo que se encontró al llegar allí, era difícil de describir aunque no se le olvidará nunca …

(ver vídeo antes de seguir leyendo)

…al ver lo que estaba sujetando con sus manos el granjero, y exclamo en voz alta , mientras soltaba el palo que llevaba .... -¡¡Dios mio…!!!. -.  

   Las apariencias pueden confundirnos en más de una ocasión .A veces determinados elementos ajenos a lo que realmente está ocurriendo, pueden alterar el significado de lo que vemos e interpretamos.


  Nuestras emociones pueden ser manejadas para hacernos ver y sentir otra realidad diferente con las consiguientes consecuencias . Un gesto, una palabra, un sonido,una imagen,…pueden convertir una situación en algo placentero o terrorífico.