Ayer, por la noche, casi no había gente en el vagón y el silencio reinaba en el tranvía . Una señora mayor se sienta a mi lado, saca su móvil y empieza a hablar con un tono muy elevado.Estaba asustada y nerviosa. ¿Con quién estará hablando? No lo sé pero siempre le llama “padre” y le suplica que acuda inmediatamente esta noche a su casa.
Al dejar de hablar por su móvil, se da cuenta que la he estado oyendo. Sin decirle nada, empieza hablar conmigo y me comenta que tiene un grave problema con su hija y que últimamente, se comportaba de manera extraña.Según esa señora, parece ser que su hija, en más de una ocasión , ha levitado encima de su cama hasta llegar al techo de su habitación. La miro con cara de sorpresa y alucinando por lo que estaba oyendo. La conversación es corta ya que el tranvía se detiene en mi parada y esto, me salva de esa situación tan incómoda y surrealista.
.-¿Qué su hija levita?...¡¡qué imaginación tiene la gente…!!!¡¡¡Bobadas….!!!.- pienso mientras vuelvo caminando para mi casa.
Un viejo refrán dice que antes de tomar casa donde morar, mira su vencidad ... ¡¡Ya sabes...quién es un buen observador, lleva consigo un maestro!!!
