Son las 16:15 y me faltan quince minutos para entrar a trabajar. Hace una tarde esplendida de verano aunque el otoño nos acompaña desde hace unos días. Me siento en un banco frente a un pequeño lago del parque de San Martín, que alberga unos cuantos patos. Veo a unos niños tratando de “cazar” un pato y alguna que otra madre, paseando mientras observan a los peques.Se respira tranquilidad.Todo está en calma.
Detrás del banco se extiende una alfombra verde con islas sombreadas por los árboles. Me tumbo en ella y cierro los ojos tratando de oír todos los sonidos del parque. Oigo como una pareja se acerca y parece que se han sentado en el banco .Abro un ojo para verles y cerciorar quien tengo delante .Me fijo que es un hombre con una gorra y a su lado, un joven. Vuelvo a cerrar los ojos y oigo el murmullo de la pareja. Me concentro con la intención de aislar todos los ruidos de mi alrededor para oírles y…¡¡¡Ya les oigo…está hablando el hombre de la gorra…tiene un tono serio pero no parece enfadado…!!!
“Estuve pensando en lo que dijiste el otro día sobre mi pintura …me pasé casi toda la noche pensado, y se me ocurrió una idea…” (Ver video)
Oigo como alguien se levanta del banco y luego, silencio. Abro los ojos, y me doy cuenta que solo está el joven . Me levanto despacito y cojo la bici para irme al trabajo mientras pienso en las palabras de aquel hombre.